“Cada 18 meses se duplica la densidad de los chips (y por ende el poder de los ordenadores) a un coste constante y con dispositivos informáticos más potentes y pequeños sin elevar su precio. Si esta ley se aplicara a la automoción, en los años 80 se habría podido disponer de un Rolls-Royce por menos de 300 ptas, con una potencia superior a la de un trasatlántico y capaz de dar 25 vueltas al mundo con tan sólo un litro de gasolina (¡sería más barato comprarse otro Rolls que pagar una hora de parking!).
Y es que los efectos de la ley de Moore han hecho que el microprocesador de un solo teléfono móvil tenga más potencia que todos los utilizados durante la Segunda Guerra Mundial, o que el Apolo XIII tuviera menos poder de computación que una máquina de juegos de Nintendo…Lo que ahora nos puede resultar extraño es pensar cómo un antecesor suyo, el Apolo XI, consiguiera transportar a los primeros hombres a a la luna en 1969â€Â
Pilar Jericó “Gestión del talentoâ€Â.