Epílogo de ‘EL CÁNCER FEMINAZI’

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¡Hola hamijos! Durante esta semana voy a compartir unos extractos de mi nuevo libro EL CÁNCER FEMINAZI: EL PORNO EN DEFENSA DE LA LIBERTAD. Así podéis haceros una idea del contenido que encontraréis si lo compráis… Por menos de 10 cochinos euros!! Es la mejor manera de apoyar mi trabajo, proteger vuestras pajillas y luchar contra la dictadura feminazi que tanto mal nos hace a mujeres y hombres. Haz click aquí para pillar tu ejemplar antes de que se agoten o lo prohíban.

He escogido un título efectista, lo reconozco. Se imponen las reglas del clickbait. También he abusado del insulto porque ese es mi estilo y mi terreno natural. Un poco teatral, un poco exagerado. Dibujo, opino en Youtube, o escribo desde la caricatura y lo incorrecto. Cagarme en todos los muertos de los gilipollas que pueblan el mundo me parece un recurso expresivo poderoso, un exorcismo. Pero hasta para insultar defiendo la igualdad; lo mismo me da gilipollas que gilichochos.

Como he ido reivindicando a lo largo de estas páginas, combatir las formas es una mediocridad intelectual y una estafa política. Lo interesante es profundizar en los grandes retos que esconden los fondos.

Sea como sea, confirmamos hipótesis hamijos!!:

EL CÁNCER FEMINAZI ES EL MAL DE NUESTROS TIEMPOS.

Yo no estoy lleno de odio, sólo estoy harto de estos rollos. Soy una persona que siempre me he movido en espacios de libertad y creatividad. De un día para otro me vi encarcelado literal y metafóricamente.

Tengo que revolverme contra esos demonios y exponer los destrozos feministas cada vez que puedo, lo mejor que puedo, me sirve. No quiero colaborar en la falsa ilusión de un mundo uniforme, bienpensante, dogmático y policial.

No creo que el odio sea el camino. Me gustaría que hombres y mujeres fuéramos iguales ante la ley y que se aspirara al encuentro, en vez de al desencuentro, en lo social. Que volviéramos a donde estábamos hace no tantos años, cuando ni ellas ni nosotros teníamoseste miedo inducido a estar durmiendo con el enemigo. Que te puede violar o pegar, que te puede arruinar la vida y quitarte a tus hijos. Lo tremendo de la cosa es que la jodienda no tiene enmienda, estamos condenados a desearnos. ¿No es motivo suficiente para dejar de picar el anzuelo del odio y del miedo? Y muy importante: defender el sexo libre en lo íntimo exige defender el sexo libre en lo laboral y público, tenemos que defender el porno. Si nos meten la patita aquí, entran hasta la cocina. El porno es una fantasía, creada por trabajadores que representamos la fantasía, y que sirve para que la gente se haga pajillas y esté mejor en está putalocura de vida. Cuando van contra esto, lo que intentan es intervenir y prohibir hasta lo intangible, el pensamiento. Ojito.

Tampoco creo que tengamos que embadurnarnos de victimismo ahora que somos los perjudicados por el nuevo sexismo. ¿Y entonces? Lo primero, conocer el cáncer feminazi para combatirlo con dos cojones y un cerebro.Lo siguiente: LA REVOLUCIÓN MASCULINISTA. Pasar de defendernos continuamente, a reivindicarnos. Dejar de hacer tanto casito a los delirios narcisistas de las enemigas y rebuscar en qué cuneta ha quedado nuestro amor propio. La masculinidad no es machismo, ni mata, ni agrede, ni se han inventado nuevas masculinidades que no existieran antes. La masculinidad es tan digna y valiosa como la femineidad. Que no nos cuelen el complejo machirulo. No somos una estirpe de privilegiados, inútiles, malos, saqueadores y violadores. Hemos construido catedrales y lavadoras, nos hemos sacrificado para proteger a nuestras mujeres y niños desde las primeras trifulcas prehistóricas hasta las grandes guerras, pasando por el Titanic. No todo va a ser parir y votar. Quizá los acomplejados se empoderen y se saquen la polla erecta en la vía pública una vez al año? ¡Qué bonito! Si no podemos recrearnos en la erótica, la juerga, la fantasía, el chiste, la hipérbole, ¿qué magia le queda a la vida? Sea como sea, es hora de plantarse ante la imposición de la mentira teórica y política del feminismo hegemónico, tenemos que extirpar de una vez por todas este cáncer metastásico. Espero que mi granito de arena tenga alguna función para mis hamijos lectores. Os animo a cuestionaros todo, a aprender, a compartir el conocimiento y a follar que el mundo se va a acabar. ¡Feminazi el último!