Me encuentro de casualidad con una carta enviada a la revista de cómics 1984. En ella, un señor se queja de que el cómic sea tan machista y de cómo se utilizaba a la mujer en la mayoría de las historias.
Eran los primeros coletazos de un feminismo incipiente. Lo que no sabe este hombre es que por aquel entonces las revistas de cómics sobrevivían publicando un cierto porno muy edulcorado, y se valían de la excusa de que el cómic era un arte, para poner lo que se les antojara. Y como no, no hay que olvidar de que los lectores eran mayoritariamente hombres.
Corría el año 1983 y ya empezaba tímidamente el movimiento feminista que ahora lo copa todo. He aquí la carta.