Madrid está petado de jovenes con ridiculos sombreritos, acompañados de monjes, curas y monjas. Vienen de todos los paises, a ver al Papa. Hace unos años, me hubiera puesto de muy mala ostia, y hubiese querido convencer a todos de que la religion es un tremendo error, que la Biblia es un cuento de fabulas, y que lo unico que quiere la Iglesia es el poder. Ahora me da igual, paso. Que cada uno crea lo que le apetezca. La cuestion es que ya te daras cuenta algun dia de todas las cosas, o no. Pero que mas da? la vida es muy corta, todo va muy deprisa. Cosas que sucedieron hace 20 o 30 años las vivo como si fuera ayer.
Si nos fueramos muchos años atras, yo era un niño fervientemente religioso, que iba a misa casi todos los dias, y que creia en Dios. Todo gracias a que mis padres me metieron en un colegio del Opus Dei, donde daban mas importancia a la religion que a cualquier otra cosa. Llevo marcadas a fuego clases especiales, donde de repente entraba un profesor en la clase de otro profesor, y nos ponia un pase de diapositivas con fotos de fetos destrozados, en cubos de basura, para posicionarnos, mediante la manipulacion, en contra del aborto.
O esa otra terrorifica clase donde un profesor nos metió tanto miedo en el cuerpo hablandonos del infierno, que estabamos todos cagados. «El dolor mas grande que puede infringirse a un ser humano en la tierra, es el dolor mas pequeño que se puede dar en el infierno. Y es algo eterno, nunca dejas de sufrir, jamas». Hala, y se quedaba tan pancho. Y todos los niños nos quedabamos ojipláticos alucinando como deberia de ser el infierno. El tio se tiraba su buena hora explicando lo que era el dolor infinito y los diferentes tipos de dolores. Esa fue mi educacion. Sin olvidar todo lo referente al sexo, que da como para escribir varios libros…
Tenia 12 años cuando el Papa Juan Pablo II vino a San Ignacio de Loyola en el año 1982. Fuimos todo el colegio a verlo. Me lo pasé muy bien porque todo el dia fue fiesta para nosotros, pero ver al Papa fue un suspiro, pasó a toda ostia, y como teniamos gente mayor delante, no pudimos ver nada, porque todo el mundo se puso de puntillas.
Ahora, en Madrid, hay miles de jovenes que vienen a ver al Papa. Peregrinos los llaman. Hay por ahi alguna tia buena, pero son poquisimas. La mayoria son gente fea o gorda, capitaneados por monjes y curas feos y gordos. No tengo nada en contra de ese tipo de gente, muchas personas son asi, y seguro que la mayoria seran fervientes del Padre Damian.