Estas pasadas navidades han sido geniales porque he estado con la familia (llena de sobrinillos graciosisimos) y antiguos amigos que tengo en Bilbao. Ver de nuevo a la gente que estuvo tan cerca de ti durante una etapa de tu vida siempre es agradable, recordar esos buenos momentos es divertidisimo. Tambien tuve una cena de antiguos alumnos del colegio Munabe, alli estuvimos toda la noche descojonandonos, contando todas las gamberradas que pergeñamos en ese colegio, (tomé nota de mil y una anecdotas y lo contare todo en mi serie Malas Notas, que espero retomar pronto) fue una noche magica donde me transporté a cuando tenia 14 años. Volar en el tiempo y recordar todo como si fuera hoy.
Y hoy, antes de volver a los Madriles, fui a ver a mi abuela, que la pobre tiene Alzheimer, y me quede muy triste porque es la primera vez que no me ha reconocido. Que enfermedad mas terrorifica el Alzheimer que te quita todo lo que has sido, tus recuerdos. Ver a todos los ancianos en sus sillas de ruedas, sin hacer nada, me ha dejado meditando mucho. La vida es un soplo y hay que vivirla lo mejor que uno pueda, porque en nada te quedas viejito recordando lo que hiciste y lo que te hubiera gustado hacer.
Quisiera hablar tambien del mal trago que algunas personas han tenido que pasar estas navidades. Personas que han perdido a sus seres mas queridos y que han tenido que pasar la nochebuena con una silla vacia. Es angustioso no poder estar con ellos, sabiendo que el año pasado estaban sentados ahi, disfrutando de la navidad con todos. Solo quiero deciros que desde aqui os mando a todos un abrazo bien fuerte, y que estoy con vosotros.
Animo