Dos de la madrugada, calle San Bernardo. Madrid. Voy hacia mi casa y en la acera de enfrente veo a dos tias buenas. Cruzo la calle para verlas mejor, me pongo tras ellas y percibo sus caros perfumes. Van elegantisimas, deben de haber venido de alguna fiesta. No pasa ni un minuto y en la acera de enfrente oigo gritos, una china increpa a otra mientras que otro chino intenta detenerla. La china increpadora le suelta un ostion a la otra que la tira al suelo. Como una loca, se tira sobre ella y china y chino caen a plomo sobre la agredida. Gritos y manotazos al viento.
Las dos bellezas a las que seguia y yo mismo nos quedamos mirando paralizados el espectaculo chinesco. Que hago? Me pongo en plan Jesus Neira a intentar separarlos? Me quedo mirandolas, se levantan las chinas, una es pequeña y parece un tio, con el pelo corto, esa es la que da de ostias, la otra tiene el pelo largo, llora como una niña, es guapilla. El chino es muy pequeño y va con un traje marron que le hace parecer una marioneta. Intenta frenar a la china borde pero no puede. Me acerco…

Cuando me ven venir miran hacia arriba, a las alturas, les saco a los tres casi 3 cabezas. La china guapa aprovecha para darse el piro y yo agarro a la chinorri fea y la digo que no se mueva de alli o llamo a la Policia. El chino se asusta y dice:

– Policia!

Se han creido que soy policia y de repente los gritos cesan y todos se quedan tranquilitos. Le digo que deje de pegar a la china y que se vaya. Me hace caso y se va para el lado contrario de la china agredida. He salvado a una china esta noche de una loca. No soporto la violencia sobre las mujeres. Me siento bien. El espiritu Neira vive.