Lo habre dicho mil veces pero no me cansare de repetirlo, follar en Bilbao no era pecado, era un milagro. En aquellos aciagos años 90, el sexo era un tabu muy grande y mas en aquella sociedad tan cerrada como la vasca. Yo tenia mucho tiempo libre y un unico objetivo, follar. Para eso me iba a la Feria de Muestras de Bilbao, a cualquier feria, a intentar ligar con las azafatas. La entrada era gratis, iba solo y me ponia traje para aparentar ser un hombre de negocios. Y os preguntareis, como es posible que tuviera un traje si no tenia un puto duro? muy facil, mis padres tenian una tienda de ropa de las mas pijas de Getxo, y me pasaban bastante ropa, asi que casi siempre iba en traje.
La feria era sobre maquinaria pesada, vamos, un coñazo total, las azafatas estaban bastante aburridas y yo las daba conversacion. Lo intenté con media docena sin ningun exito y a una la hice gracia y me quede de palique hasta que cerró la feria. La acompañé educadamente hasta su casa y me hizo subir a que conociera a su madre. El primer dia y ya queria que conociese a su familia, acojonante. De hecho no habiamos hecho aun nada, solo unos besos, ni la teta la habia tocado.
La madre estaba sentada en el salon viendo Antena 3. Nada mas entrar no paró de preguntarme sobre mi vida y mis actividades, y yo hacia lo que mejor se me ha dado siempre, improvisar. Pero la señora era perra vieja y creo que me caló que era un donnadie con el unico objetivo en la vida que era follarme a su hija jajaja. Me ofrecio algo de beber y la dije si no tenia mejor algo de comer, y me ofrecio un yogur con unos sobaos. Que triste es comer yogur de fresa con dos sobaos de la marca Martinez en la casa de una desconocida, no os lo podeis imaginar…
Yo me moria de hambre, llevaba desde las 2 sin comer nada, eran las 10 y tenia el estomago en el suelo. La señora no se la veia muy enrollada, daba la impresion como si estuviera esperando el momento en que me levantase, cogiese a su hija en brazos y desapareciera para siempre. Los celos se apoderaron de la señora y me estuvo puteando todo lo que pudo y mas. Yo no tenia estudios, ni trabajo, ni futuro (bueno, si esa señora supiese a que me dedico ahora…. jaja) y daba la impresion como que aquello era un test para dejar acercarme a su hija o no. A la niña se la veia feliz, como quien hace bien los deberes. Yo estaba desubicado, pero bien porque estaba viviendo una experiencia diferente.
La chica no era muy guapa que se diga, tenia cara de cerdita. Y es que cuando 6 diosas te han rechazado, tiendes a bajar el piston y te encuentras con tias que ya te da igual como sean. Daba la impresion que su madre me leia el pensamiento, la madre se olia que solo queria follarme a su hija, asi que me lo ponia todo dificil. Por que Dios mio, por que siempre me has puesto tan dificil los coitos? que hice mal en otras vidas?
A medida que la señora me hacia preguntas, la libido se iba a tomar por culo, a la cerdita ya le estaba saliendo rabito y pezuñas. Yo me quiero ir de aqui.
– bueno, pues nada, me tengo que ir ya, que mañana madrugo, ya vendre otro dia – dije respetuosamente, cuando lo que queria decir era: – señora, deje de darme la puta barrila y dejeme su dormitorio que voy a follarme a su hija, y vaya haciendo una cena en condiciones que voy a sudar sobre su hija bastante esta noche, venga, arreando, vieha!-
Me fui de aquella casa y el camino de vuelta fue largo y lo hice andando. No tenia coche ni dinero para el bus ni nada, mas de 45 minutos andando por Bilbao a las 12 de la noche. No tenia dinero pero tenia mucho tiempo, asi vivia yo. No volvi a ver a la cerdita, ni a su madre, y segui haciendome pajas en el piso compartido, durante un tiempo desisti de salir para ver si ligaba.
¿No conocias “vivir en un piso compartido” y quieres leer la serie entera? Entonces entra aqui. Se lee de abajo a arriba, desde el primer capitulo hasta este. Cuenta las peripecias y miserias de un joven sin dinero viviendo en pisos compartidos con gente extraña en el Bilbao de los años 90. Todas las experiencias son reales.