Acabo de ver un documental sobre Jose Saramago, el premio Nobel portugués, y me ha dado bastante pena el hombre. El documental habla de los ultimos años de su vida, que los pasa recibiendo premios, dando charlas, reconocimientos, y sobre todo, viajando en avion como un loco y firmando libros. Lo que mas me sorprende, como se le da este trote a un señor de 85 años? Se supone que una persona asi de mayor tiene que estar disfrutando lo poco que le queda de vida, y no estar aguantando horas interminables de entrevistas, de firma de libros, cogiendo tantos aviones de viajes intercontinentales de 13 horas. Me da mucha rabia ver como detras del escritor, hay una señora, ambiciosa, visceral, que se supone que es la que le lleva el cotarro, que permite y alienta todo eso. Estoy hablando de Pilar del Rio, una feminista recalcitrante bastante intransigente, de un caracter bastante desagradable, que queda plasmado perfectamente en el documental. Veo a un Jose Saramago atrapado en las manos de esta señora, que hace y deshace a su antojo, y que disfraza ese lazo como «amor». Si eso es amor que baje Dios y lo vea. Pero si hasta se ve como Saramago discute con ella en muchas cosas, y tiene que abandonar por la cabezoneria de esta mujer, que tiene una envidia patologica del propio escritor, y le gustaria como fuera estar en su lugar.
En el extenso documental, se percibe tambien una angustiosa carrera hacia lo inevitable. Saramago quiere apurar sus dias escribiendo, trabajando, exprimiendo los pocos dias que le quedan con nuevas obras. Resulta curioso lo de este hombre, fue a los 60 cuando empezó a escribir de verdad, y el exito le vino muy tarde. Que putada que no tengas tiempo para poder mostrar al mundo tus historias.
«Ahora, lo que mas me gustaria tener es tiempo y vida, para poder seguir trabajando, y hacer todo lo que quiero hacer». Lo dijo con 84 años, Jose moría a los 87.
En todos estos años Jose dejaba unos cuantos libros, miles de seguidores, un premio Nobel y unas muy buenas reflexiones sobre la vida. Descanse en paz el artista, que lo merece.