¡Tenemos nuevo polvazo disponible en esta increíble Serie Oro! Para los despistados, la Serie Oro recoge los polvazos más épicos que recuerda mi cimbrel. Después de tantos años haciendo porno y produciendo, he decidido recopilar esos encuentros que de vez en cuando vuelven a pasearse por mi retina, han dejado un recuerdo imborrable y que he sido incapaz de olvidar, para nuestra suerte, los tengo todos (o casi todos) grabados. Esta española de 20 años es puta. La conocí en un puticlub. Me hablaron de ella y por la descripción no podía quedarme sin conocerla, bajo ningún concepto, así que yo y mi pito, nos fuimos para poder ver esa maravillosa obra de la creación.
Al ver allí a Lidia, todas mis fantasías sobre su cuerpo, se quedaron pequeñas, cortas. ¡Está mucho más buena de lo que imaginaba! Me quedé totalmente petrificado por el cuerpo de esta joven de apenas 20 años. Un cuerpazo escultural, con unas tetas y un culo que son sencillamente perfectos. Hablamos y le expuse rápidamente a lo que me dedico y que quería grabar con ella. A Lidia, para mi sorpresa le apetecía bastante probar una escena, sólo ponía como condición un antifaz. Obviamente, a nosotros plin, mientras veamos esas tetas y ese culo hacer guarreridas. Al día siguiente quedamos en casa para grabar y el resto, forma parte de la historia del porno de Putalocura, que podéis ver aquí.
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Un culo de 10 que me pienso comer como si no hubiera un mañana, pero es que se nos abre de piernas y nos muestra un chocho increíble, mojado, reluce ante la cámara de lo cachonda que va. Lidia que la ve, no puede resistirse y viene directa a por mi rabo, con esa carita morbosa, deliciosa pilla mi rabo con su boca y me hace una mamada intensísima, ensalivada, llegando hasta dentro y me la deja chorreando de saliva y palpitando, no la puedo tener más tiesa, sin darme respiro se me sube encima, a coño directo.
¡No te puedes perder las escenas de Lidia! Es una muchacha con un cuerpo escultural, española de fuego en la sangre que mueve las caderas que te deja a punto de corrida cuando está encima. ¡Córrete con ella!
No tarda ni un segundo en meterse perfectamente en ese coño lubricado, chorreando y comienza a cabalgar, subid el volumen porque se escucha el chup chup de su coño con mi polla entrando y saliendo y los gemidos de Lidia dándolo todo. Nos pegamos un polvazo, como dos novios que hace tiempo que no se ven y quieren comerse el uno al otro, una follada intensa que disfrutamos tremendamente y al final me pego una corrida cargada de lefa como hacía tiempo, Lidia con una sonrisa en la cara que no pierde, recibe con ganas y con gusto una lefada tremenda, calentita, que se traga hasta la última gota y juega con los restos que quedan en su cara…