Hoy tengo una historia curiosa para contar. Una chiquilla, de nombre Valentina, que era secretaria en la oficina. Llevaba asuntos Putalocuriles, pero claro, era joven, morbosa, curiosa. Veía pasear rabos y chochos de manera constante, unos más largos otros más cortos, más gruesos, pero todos apetecibles. Le entraban ganas de comer. Veía a las chicas follar, disfrutar, con libertad, con gusto. Sacarse perras, ser unas idem, en fin, que al final el coño le picó tanto que la que picó con esto, fue ella. ¿Os cuento que tal fue con Valentina, la chica de la oficina?

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