Esto es lo que acaba de decir el obispo de la Iglesia Ortodoxa de Chipre a unos cuantos estudiantes. Y se ha quedado tan ancho.
Es alucinante lo de esta gente que vive la religión de una manera tan prosaica. Se inventan teorías de lo más surrealistas para justificar lo injustificable.
Un tal Neophytos Masouras, Obispo de la Iglesia Griega Ortodoxa de la Catedral de Chipre, ha dicho a un grupo de escolares la burrada de que a las mujeres que están embarazadas y tienen sexo anal, los hijos les salen gays perdidos. Pero el obispo matiza en que eso solo pasa en aquellas que además disfrutan. Y que cuando ese deseo nace de dentro (el que te porculicen y encima te guste), pasa de forma natural al hijo. Alucinante. Me gustaría saber de donde salen semejantes teorías. Hay que tener la mente muy destrozada para imaginar semejantes cosas.
La pregunta ahora sería: Si una mujer embarazada le gusta hacer mamadas, el hijo saldrá dentista?