Y no me refiero a salidas, sino a chicas que vienen oliendo mal, que les huele la sobaquina y el conejo que parece que se ha muerto alguien. Aquí están los casos más extremos.
En todos los años en los que llevo haciendo porno, me he encontrado en diversas situaciones extremas. Y considero extremo que te venga una individua oliendo a perro muerto y que tengas que follar con ella.
No entiendo como hay gente que sabe que va a tener que trabajar con su cuerpo, y no venga limpia, simplemente no me entra en la cabeza. Al principio, cuando empezaba en el porno, no tenía la seguridad en mí mismo como la tengo ahora, y solía comerme estas tías malolientes sin rechistar. Pero ahora ya no, las mando al bidé, o directamente a la ducha. Lo siento por ti, monina, pero no me vas a matar con tu olor.
La anécdota que voy a contar aquí ahora es de cuando empezaba en el porno. En una ocasión, me ocurrió que la chica que tenia que beneficiarme le olía bastante el sobaquillo. Al principio no era demasiado, pero a medida que le íbamos dandole al triki-triki, el alerón le fue a más y más.
Hay muchas tías que se duchan a la francesa, y esto es, no se duchan en varios días y se echan perfume a saco por encima.
Resultado, un olor fortísimo a ropa sudada y a perfume mezclado con podredumbre.
El impacto es mucho más fuerte que si no se echan nada.
También están aquellas que le huelen los pinreles, y entonces, lo que yo hacía era cambiar el guión de la historia y se pasaba todo el tiempo con los zapatos puestos, porque si se los quitaba, podrían intoxicarnos y de allí salir todos los demonios.
No es la primera vez que en el guión de la historia, la chica se tiene que duchar.
– Espera, empezamos la escena donde vas a la ducha, y yo hago que te grabo duchándote… pero échale mucha espuma. –
Si veis en mis pelis chicas que se duchan antes y las grabo, es que venían oliendo fatal. Aún así, hay muchas que no saben limpiarse, se frotan un poquito el coño por encima, o no se enjuagan el sobaco. No se quién coño les enseña a limpiarse, pero es lo puto peor muchas veces.
Pero la que se lleva el premio a la más cerda es una checa con la que rodé allá por 2001, la chica ya venía con olor a sobaquina que te tumbaba, y después de que me la follara yo, a duras penas, no se duchó. Y después de que hiciera una de esas mamadas donde mi amigo la hizo vomitar y le cayó por todo el cuerpo su propio vómito, …tampoco se duchó!
Lo curioso del caso es que la chica era una ninfómana contumaz, ya que al acabar las dos escenas, con mi amigo y conmigo; mientras yo hablaba por el móvil tumbado en la cama, la interfecta empezó a hacerme una mamadita como que no quiere la cosa. Y a mi cuando empiezan con esas cosas, no me ando con rodeos y siempre acabo en coito. Y qué decir, que hago oídos sordos, perdón, narices sordas a toda esa peste. En mi polla no hay nariz.
Así que, realicé el coito sobre toda esa mezcla de mis anteriores sémenes, el de mi amigo y el mío, los vómitos de la joven y el olor a sobaquina. Un cóctel explosivo, que tuvo su guinda al final, cuando me corrí sobre su abdomen y ella, ni corta ni perezosa se lo frotó todo, como cual crema solar, esparciéndoselo, se subió las bragas, se puso los pantalones y la camisa y pa casa, tal como vino, con todo ese microcosmos en su cuerpo.
Mi amigo me dijo que jamás había visto a una tía mas guarra en su vida, y yo tampoco, para qué negarlo.
Qué bonitas son las películas porno, que no tienen olores!