Os voy a contar algo que no he contado jamas. La aventura inolvidable que vivi con los militares a la tierna edad de 18 años, mas o menos como me visteis en el video del otro dia. Vamos alla…
Cuando cumpli los 18 años me llamaron a filas. Era cuando habia que hacer la puta mili obligatoriamente, eso significaba perder un año de tu vida, puteado, lejos de casa y aguantando novatadas y putadas de gente que ni conocia.
Corria el año 1988 y una mañana de domingo salió el sorteo. Me habia tocado en Melilla!! Justo en el lado mas lejano de Bilbao, que era donde vivia. Mi padre se descojonó de mi mala suerte y yo juré no hacer la mili el mismo dia que vi donde me habia tocado. Para eso empece a preguntar a amigos y conocidos a ver que podria hacer para escaquearme de la puta mili. Unos me decian que leyese el liston telefonico con la luz de una vela para aumentar las dioptrias, otros que me cortara un dedo… habia mil y una chorradas que decia la gente de hacer, pero yo no queria arriesgar mi salud demasiado.
Un buen dia, acompañando a mi padre al bar con sus amigos a tomar unos potes, riendose de mi mala suerte, dijo a todo el mundo que me habia tocado a Melilla, y que no sabia yo la de putadas que me iban a hacer… todos los amigotes de mi padre rieron al unisono menos uno. Ese que no rio era psicologo, y mas tarde me cogió por banda y me dijo que el sabia la manera de librarme de la mili. Aleluia! Como en el bareto era imposible hablar, me dio su telefono y quede con el en su consulta.
Alli fui al dia siguiente en completo secreto. Era un tio la mar de salao y enseguida me dio unas pautas muy a tener en cuenta: me dijo que todo lo que tenia que hacer era decir que me queria morir, que no queria seguir viviendo, que todo es una mierda. Y que nunca me pusiera a hacer el histerico, nada de gritos ni chaladuras, a esos son los primeros que les pillan que estan haciendo teatro. El mejor loco es el pasivo, el que parece que se va a morir en cualquier lado.
Yo siempre he tenido muy buena suerte, y creo que conocer a este psiquiatra fue un golpe de suerte increible, el siguiente golpe de suerte fue que en TV empezaron a salir docenas de casos de chavales que iban a la mili y que se suicidaban en los cuarteles. El tema empezo a ser portadas de periodicos y de telediarios. El pueblo empezo a tomar conciencia de la locura de la mili y la presion social fue enorme.
Yo por aquel entonces vivia en San Sebastian, trabajaba de dibujante de dibujos animados haciendo una pelicula y recuerdo que acudi al Hospital de la Seguridad Social a pedir cita con el medico de medicina general. Fue un encontronazo brutal, porque dias antes habia estado con ese medico de cabecera bromeando y riendo, porque tuve que ir a hacerme unos analisis de sangre. Y claro, plantarme ahi al dia siguiente hecho un piltrafilla, sin alma, fue un gran contraste. Y es que habia ido ya metido en mi papel de suicida. El doctor no se lo podia creer y me mandó echando ostias al psiquiatra o psicologo…
Al dia siguiente fui al psicologo, era un señor muy mayor, calvo y con una enorme barba blanca. El hombre era genial, me dijo que estaba a punto de jubilarse, y sobre mis ideas de suicidio, para animarme me conto una historia que tuvo el de joven en San Sebastian, resulta que conoció a una turista extranjera de pasta y se paso una semana follandosela casi sin salir de la habitacion del hotel, que se ve que era de primera. Me dijo que la vida estaba hecha para vivirla de la mejor manera posible, disfrutando de lo que te dejen, pero sobre todo con alegria y ganas. La verdad es que me animó tanto el hombre que me “sali del papel” de suicida varias veces y le di la razon, jaja. Al final de la charla, cuando estabamos ya como dos hamijos de toda la vida, le confesé que lo que queria era un papel que dijera que estaba medio loco para enseñarselo a los militares y no ser apto.
-Habermelo dicho antes!! Ahora mismo te hago un papel, como no! Que les den por culo a los militares, hombre!– me dijo el doctor, y yo me partia.
Respiré hondo y me fui con el papel, mas contento que unas castañuelas. Elsiguiente paso era ir al Hospital Militar de Bilbao, que se encuentra justo donde se entra a Bilbao. Alli fui dias despues, y muy metido en mi papel, me quedé todo el tiempo pegado mirando a una pared con una postura algo mongui. Estaba loco, pero era un loco pasivo, como las mariconas, que pueden ser pasivas o activas, pues yo era pasiva.
Cuando dijeron mi nombre no dije nada, ni me moví, segui mirando al suelo apoyado en la pared. Un chico que estaba al lado dijo al militar que yo podria ser ese tal Natxo Allende que tanto llamaban. Vino el militar y me guió a la puerta del doctor. El militar se paro antes de entrar para hacer el saludo con la mano y yo me choqué con el. Un monton de risas de los otros mozos se oyeron. El militar me dijo que esperase. Y al cabo de un rato entró el y yo me quedé fuera. Me dijo que entrara y yo me quedé parado sin reaccionar. La gente se estaba descojonando conmigo bastante, y entre todas las risotadas aparecio el militar que me cogio del brazo suavemente y me metio alli. Me trataba como a un enfermo mental, y eso molaba. Dentro estaba un tio bastante joven que me preguntó a que me dedicaba, le dije que a pintar monigotes. Le enseñé el papel del psiquiatra, lo leyó y sin hacerme ninguna otra pregunta me dijo que tenia que ir al Hospital Militar de Burgos.
Habia pasado la primera prueba dificil!!!
Ahora quedaba lo peor, ir a Burgos. Si pasaba eso me libraria de hacer la mili, si no, tendria que irme un año a Melilla, a la colonia española en Marruecos.
Que me pasaria?
Leedlo aquí mañana, mandriles!