Vaya con Fabrizia, vaya espectáculo de mujer. Trabaja aquí en España, tiene 18 años y es brasileña, tiene un cuerpazo increíble, de los más tremendos que he visto pasar por mis manos, y sobretodo por la pierda, por mi polla. Me ponen mucho las brasileñas, generalmente son muy fogosas, pocas veces me ha pasado que no se cumpla esta ley no escrita de la fogosidad de estas mujeres, y en este caso es una barbaridad, es un cañón de mujer, joven con un cuerpo tremendo que me pega una follada que me vuelve loco.
Fabrizia viene a por rabo, contactó ella conmigo, porque le apetece follar, quiere probar a hacérselo con alguien con experiencia y ante las cámaras, le da morbo, y dejadme que os diga que es una de las anónimas más tremendas que hemos tenido por aquí, es una auténtica bestia. Llega y empieza desvestirse delante de mi, un cuerpo para hacerle un vestido de saliva, para comértela entera, pero es que cuando arquea el culazo y se baja las bragas, es una locura el culo que sale de ahí, es que ni lo parecía, las bragas por poca ropa que sea escondía la espectacularidad de tan orondo culo.
Un culo de 10 que me pienso comer como si no hubiera un mañana, pero es que se nos abre de piernas y nos muestra un chocho increíble, mojado, reluce ante la cámara de lo cachonda que va, y se empieza a tocar y puedes ver como se va mojando cada vez más, yo no puedo más, estoy sentado frente a ella, me saco la polla y me empiezo a pajear, la tengo dura como un poste de teléfono.
Fabrizia que la ve, no puede resistirse y viene directa a por mi rabo, con esa carita morbosa, deliciosa pilla mi rabo con su boca y me hace una mamada intensísima, ensalivada, llegando hasta dentro y me la deja chorreando de saliva y palpitando, no la puedo tener más tiesa, sin darme respiro se me sube encima, a coño directo, no tarda ni un segundo en meterse perfectamente en ese coño lubricado, chorreando y comienza a cabalgar, subid el volumen porque se escucha el chup chup de su coño con mi polla entrando y saliendo y los gemidos de Fabrizia dándolo todo.
Nos pegamos un polvazo, como dos novios que hace tiempo que no se ven y quieren comerse el uno al otro, una follada intensa que disfrutamos tremendamente y al final me pego una corrida cargada de lefa como hacía tiempo, Fabrizia con una sonrisa en la cara que no pierde, recibe con ganas y con gusto una lefada tremenda, calentita, que se traga hasta la última gota y juega con los restos que quedan en su cara…
