¡Es que no puede ser! Es una locura hamijos, imaginad, el Padre Damián es como si fuera el prior de una institución eclesiástica, pero en el Colegio Mayor de mujeres, claro, es una figura de autoridad y las jóvenes acuden a él con sus problemas, el Padre, casto y célibe (¡ja!) como es, le llegan con problemas típicos de la adolescencia y lo vuelven loco con algún tema de índole sexual.
Viene Kristy Black, una estudiante de intercambio, que nos revoluciona el Colegio, es muy guapa, y está tremenda salta a la vista, y nos tiene el gallinero ajetreado, sobretodo en el patio. A la hora de la siesta, va a ver al Padre Damián para contarle sus problemas, y eso no sienta muy bien a nuestro querido clérigo, pues la siesta ¡es tan sagrada como el nombre de Dios!
¡Válgame el cielo, vamos a ver! Si ha despertado a Damián en la siesta tiene que ser algo tremendo, pero la cuestión es que a Kristy los chicos empieza a atosigarla haciéndole comentarios sobre sus tetas y su culo, y es que a estas edades las hormonas ya salen a jugar como si fueran espartanos en la guerra, van a saco, y ya pica todo, en todos lados. Damián, siempre diligente, y empirista reconocido, le pide a Kristy que le muestre lo que le dicen y que le pide que le enseñen, y ahí están, el Padre Damián recién despierto de la siesta y una teen morena tremenda, extranjera despelotada frente a él.
Lo mejor es pegar un polvazo, y que los dos se quiten los picores, así que como a la teen también le apetece comer rabo como si no hubiera un mañana, a poco que el padre se saca la polla de la sotana, Kristy se amorra como si fuera un calipo y empieza a chupar tratando de sacar y exprimir todo el juego.
Kristy Black es un pibón tremendo, una mujer increíble que folla como los ángeles, tiene una cara bellísima que es un placer que te mire mientras te la está comiendo, la polla se te pone como un palo de tiesa pero ojo, porque folla de manera increíble, y tiene un cuerpazo acojonante que te sacará hasta la última gota de leche, sobretodo su culo, tiene un culazo, que es de los más épicos que he visto por Putalocura, aún recuerdo este polvazo, y seguro que el Padre Damián todavía estará haciendo penitencia por ello…