Roma Amor, está un poco tensa y viene a por un buen masaje, tenemos a un chico joven, que hace unos masajes, bien aceitaditos, deliciosos eso si, en pelotas, porque es un masaje mucho más relajante, todo sea por la paciente. Llega Roma Amor y se desviste, nos deja ver su cuerpo escultura, además de obra de arte, no sólo por sus medidas y sus curvas, si no por los tatuajes que lleva, una maravilla, se tumba en la camilla y comienza el tratamiento.
Existen muchos tipos de masaje, el más físico, el tántrico, y el guarro, esta última es la especialidad de Putalocura, pero realmente es muy relajante, tu te pones en pelota picada como Roma y el masajista empieza a magrearte tocando un poco tus puntos de nervio para desestresar y tocando un poco tu punto cachondo, vamos, que te mete mano en el chocho, Roma, que parece que se estremece un poco se gira, para que las manos se paseen por las tetas, y el masajista, que lee perfectamente la situación efectivamente, ambas manos a las tetas bien ricas de Roma Amor.
Mientras una mano masajea las bufas de Roma la otra va metiendo los dedos en el chocho, Roma Amor reluce por el aceite esencial que le han puesto por todo el cuerpo, y el coño ya lo tiene tan mojado y reluciente como el resto, Roma se acerca al joven y le coge la polla que ya tiene erecta como un poste, normal, sobando a Roma de esa manera a mi se me pone como un martillo y a clavar clavos, la cosa ya parece que toma una clara dirección, entendiendo como la cosa la polla y como la dirección la boca. Roma tiene ganas de polla y se la come metiéndosela en sus fauces y haciendo una mamada de película.
Todo tiene un ritmo tranquilo, relajante pero excitante, cuando están dispuestos, el joven, polla en mano encara el coño de Roma, le pasea el capullo entre los labios, lo moja bien y arremete, como digo, con pasión, pero con tranquilidad, con movimientos sostenidos pero eficaces, pues es un polvo a ritmo tranquilo, a fuego lento, pero de esos que vas calentísimo y disfrutas una barbaridad.
Ojo a como Roma Amor va subiendo las caderas, se la está meitiendo hasta dentro ella misma, moviendo las caderas dándose placer, una locura, el polvo va subiendo de intensidad, Roma Amor se pone a cuatro para que podamos disfrutar del espectáculo de ver ese culazo, que parece cincelado por los mejores escultores y ver como entra y sale la polla invitada de su cueva del amor, luego se sube para cabalgar como una amazonas la polla, con unos movimientos de cadera que te dejarían seco, esta mujer es la ostia follando…
Al final, un poquito de crema, de leche fresquita directa a boca para alimentarse y recuperar electrolitos, es mejor que un Aquarius, hacedme caso, leche fresca nutritiva y deliciosa, Roma Amor no deja ni gota vamos… que escena más tremenda, un clásico, como vino a por trabajo y le comieron lo de abajo, pero con un masaje, vino a por un masaje y le metieron un viaje…
