Es que, le tenemos mucho cariño a Roma Amor, y ¿que expresión más literal del cariño hay que un Creampie GangBang? Ninguna creo yo, pares de pollas erectas por la figura colosal de Roma, que las pone cachondas, las lefa mientras la soban hasta en el DNI, se la follan a gusto, y luego le echan toda la cremita fresca, recién ordeñada dentro de su chocho caliente, una maravilla vamos…
Si Roma Amor, ya está buena que se rompe, esta escena os va a dejar los huevos colgando, los mozos están esperando a Roma como si no hubiera un mañana y ella llega y se contonea delante de todos, con lencería blanca, se nos empieza a mostrar, abierta de piernas, de culo a cuatro, y con el chocho bien abierto, listo para pegarle un buen bocado y comer, al poco, una polla inquieta y aventurera llega por la izquierda buscando boca, Roma, que el chocho ya lo tiene reluciente, bien mojadito, la ve y decide que es buen momento para metérsela en la boca, y mientras, otro zagal que acechaba por detrás, mientras ve que Roma se agacha a chupar y deja el culo descubierto y abierto a cualquier plan que pueda salir ese día, ve su oportunidad y se mete a comérselo de cabeza, bien metida, entre los cachetes de Roma a comer coño y si se tercia hasta un poco de culo ¡joder que placer!
Es que imaginad tener a Roma delante para follarla todos a la vez, una Putalocura, y ¿dónde va a estar una escena así? pues efectivamente aquí en Putalocura para gozar bien a gusto. Mientras Roma va chupando, con un arte innato en su persona, chupa de vicio, y podéis escuchar los sonidos de pegarle bien a la chupada que es una maravilla, se la follan por detrás, tiene el coño muy mojado, esta perfecto para follar y los mozos se están pegando el polvo de su vida.
Roma no para de chupar pollas y de ser empalada polla tras polla, mientras tanto, Profesor hace su aparición y como siempre nos deja con el culo del revés con lo que hace, morboso, y siempre al límite, no te lo pierdas porque Roma además hay un punto que se descojona, pero aquí nadie pierde el ritmo, y no se para de follar, pronto llega el momento de las corridas.
Roma, recostada, va recibiendo pollas una tras otra que entran y salen de su chocho con ahínco y ganas hasta que explotan de placer y dejan toda su carga de leche en el coño de Roma, uno tras otro, haciendo que el chocho de Roma este lubricado de lefa hasta los topes, uno se corre y llega otra polla que entra en la corrida anterior y deja la suya y así varias veces, muy morboso y Roma satisfecha.