Cómo hacer para que los sanfermines no se conviertieran en Sodoma y Gomorra

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Aquí esta la estrategia de la ciudad más católica del mundo: Pamplona. El cómo consiguió parar algo que se les estaba yendo de las manos. 

Corría el año de 2015 de nuestro señor y en Pamplona estaban empezando a ponerse todo el mundo muy nerviositos. Por Internet circulaban fotos de chicas que,  subidas a hombros de otros muchachos, se quitaban la ropa y estas eran manoseadas en público por toda la muchachada.

De todos es sabido que la fiesta por antonomasia que más dinero genera para las arcas navarras son los sanfermines. Se le ha querido dar un aura de fiesta sana, pero lo que en realidad esconde es una excusa para embriagarse hasta perder el conocimiento, y follar en las esquinas como perros.

Hasta ahí, bien. Porque nadie se entera muy bien de lo que pasa. El beber está bien visto en España y nadie se pregunta nada ni nadie lo asocia a los problemas y accidentes que ello provoca, así que todos tan contentos. La cuestión es ganar dinero vendiendo cervezas y kalimotxo a cualquier coste echando la mirada hacia otro lado. El problema viene cuando en la Plaza del Ayuntamiento, donde todo el mundo se congrega, y donde todas las cámaras que emiten la señal a nivel nacional captan esas imágenes, aparecen unas tías subidas en los hombros de unos muchachos y se ponen a enseñar las tetas. Sin que falten los que enseguida meten mano.

Esa imagen cerda, perturba las mentes de los católicos. Pamplona desde siempre ha sido la capital del Opus Dei. Su universidad católica es una de las mejores de España, asimismo como sus hospitales. El Opus Dei, una secta religiosa con gran poder en España tiene su base en esa ciudad. Los del Opus están obsesionados con el sexo. Lo digo porque yo estuve en un colegio del Opus cinco años y sé cómo son. No iban a permitir jamás que los sanfermines se les fueran de las manos. Ni que nadie mancillara la fiesta en pos del pecado y el vicio carnal. 

Numerosas páginas web empezaron a sacar fotos de aquel desmadre y más de uno se llevó las manos a la cabeza. Había que parar todo eso cuanto antes. Estaban dando una imagen de las fiestas contraria a los preceptos de la Santa Madre Iglesia. Para eso, se cambió la manera de contar las cosas:

De «unos jóvenes pasándoselo bien, donde, embriagados por el alcohol, hay chicas que se suben a los hombros de otros y enseñan las tetas por el mero hecho de echarse unas risas», pasamos a:

«En los sanfermines últimamente estamos viendo como se están abusando sexualmente a muchas chicas». Y para eso, vamos a inundar la ciudad de policías de paisano para que de alguna manera frenen esta orgía.

Dicho y hecho. Fuentes me contaban que cualquier chica que quisiera subirse a hombros de alguien y enseñar las tetas, era bajada por la fuerza presuntamente por estas guardianes del orden. En muy poco tiempo se acabó con este desmadre y las fiestas recobraron su esencia. Que es emborracharse en público, no pasa nada, todos lo tenemos asumido, y follar en los portales en cualquier sitio. Y aquí es donde quería yo llegar

A los del Opus todo lo que les huela a sexo en público les chirría sobremanera. No les gusta que gente de fuera venga a follar en los portales de los vecinos navarros. Quieren meter miedo a la gente que venga a los sanfermines con la intención de hacer sexo en los portales. Y lo han conseguido, vaya que si. A ver quien es el guapo ahora que se anima a hacer un gang bang en un portal.