Cuando era chaval mi padre me decia que en la mili me convertiria en un hombre. Que aprenderia «de la vida» muy rapidamente y de manera muy efectiva. No sabia a que se referia porque de la vida no sabia nada. El hecho es que nunca fui a la mili, me escaqueé como un señor y me perdí esas lecciones vitales tan importantes que uno aprende cuando esta por sus medios.
Soy de los que piensan que no hay mejor leccion que un tropiezo, un error, una cagada, para darte cuenta de lo que has hecho y no caer de nuevo. La experiencia propia es la que queda y la que mejor enseña. Ya pueden estar diciendote todos los dias «no cruces por la calle sin mirar» que hasta que no te pille un coche no mirarás. Todos nacemos siendo unos pardillos y la vida se encarga de espabilarnos. Tarde o temprano, tendremos que enfrentarnos a los problemas y los nuevos retos.
Hoy he querido hablaros de los cursos intensivos de pardillo. Suelen ser experiencias traumaticas que hacen que nos zambonbeen la opinion que tenemos de las cosas. Es cuando una persona que parecia buena, va y te la hace y te jode vivo. O cuando tu pareja te deja por otro y te dice que te abandona por sms. El que no sabe ver que esto le va a venir, es que es un pardillo, porque hay innumerables señales que te alertan de lo que va a pasar. Y eso como se aprende? como se ven esas señales?, pues viviendolas, sufriendolas. Si, sufriendo como un hijoputa y una vez pasada la tormenta, buscando, analizando el por que has llegado hasta alli, que has hecho mal, etc. A fuerza de caer en una y otra, es como sabes ver la que tienes encima. Se nace pardillo, se aprende a base de ostias.