El otro dia me encontré de casualidad, y mira que es grande Madrid, con un antiguo amigo por la calle. Fue divertidisimo recordar viejas batallitas de cuando ibamos a ligar con 16 años por Bilbao, sin comernos nada de nada. Los dos hablabamos de un amigo en comun, Chema, que fue el que nos enseñó un poco como tratar a las chicas, y que hacer en una situacion cerda. Tanto mi amigo como yo, habiamos estado siempre en colegios sin chicas, por lo que no teniamos ni putisima idea de algo tan simple como hablar con ellas, y «de lo otro» ni te cuento. Nadie de la familia nos explicó bien todo lo relacionado con el sexo o como eran las chicas.
El fruto de esa nula comunicacion, nos producia que nos pusieramos nerviosisimos cuando estabamos con una chica, tartamudeabamos, nos quedabamos callados, en resumen, no sabiamos que decir ni que hacer con una joven. Eramos unos encantadores pardillos viendolas venir.
Es tan nocivo para la gente que en las aulas discriminen por sexos a los chicos y chicas, que no os podeis ni imaginar. Es como meter a un niño en una habitacion sin ver la luz. Cuando sale de ahi, no puede ver nada, la luz le ciega. El castrar el contacto con chicas de forma natural como es en una clase, crea gente que luego arrastra problemas para comunicarse con las del sexo opuesto. Es el mayor de los errores, y todo esto viene por los de siempre, los del OPUS DEI, o los colegios religiosos, que no quieren que los chicos y las chicas se mezclen por si «pasa algo».
Echo la vista atras y me digo: pero que pardillo era!!! normal que no me comiera nada. Me educaron para temer a las mujeres. Pero lo salao que era! como las hacia reir!