A la salida del Supermercado Eroski de Ercilla, en Bilbao, cada dia, siempre habia dos hermanos, feos, raros, esperando a que el local cerrara sus puertas. Iban vestidos elegantemente con una especie de traje roido y con los codos gastados. Uno gordo y el otro flaco. Una vez que las empleadas dejaban las cajas de carton llenas de articulos defectuosos o caducos, los hermanos se abalanzaban sobre estas y cogian lo que buenamente podian.
Cada tarde, como un reloj, ahi estaban.
Pero un dia, algo pasó que rompió esa paz. Una violenta pelea entre los hermanos y un pobre, que queria coger algo de la basura, tiñó de sangre aquella acera. Menuda ondanada de ostias que cayeron, salpicando las cajas.
Dias despues, uno de los hermanos vino con el brazo enyesado. La batalla con el pobre le habia dejado el brazo asi. Pasó el tiempo y fui viendo como el yeso blanco se convertia en algo muy oscuro. Los dos primeros dias, el gordo iba con un tirante que le sujetaba el yeso. Al tercer dia ya iba con eso colgandero. La mierda se le pegaba en el brazo cosa mala, y aquello parecia el palo de un gallinero.
Como en el juego Mafia, los hermanos fueron ampliando el negocio, y se les podia ver apostados en diferentes Eroskis del area metropolitana de Bilbao, esperando en las puertas de esos supermercados. Una señora bajita y gorda se les uniria al grupo. Supongo que seria su madre. Una señora fea y sucia, mas cerda que la Charito, que lavaba a sus hijos a escupitajos, porque siempre la veia con la misma ropa y la misma coleta.
Que será de esa gente?. Se habrán comido todos los yogures caducados de Bilbao y se habrán convertido en unos seres mutantes? Quien sabe?