Un buen día apareció una chica que vino por aquí porque quería hacer porno, pero la criatura venía con un pequeño inconveniente …era virgen.
No es la primera vez que me pasa que vengan vírgenes a hacer porno. No, yo tampoco lo entiendo, pero la realidad es esa, muchas mujeres vienen aquí buscando respuestas y una salida a ese problema que es la pérdida de la virginidad.
La joven tenía 18 años y era de origen magrebí. No sé si lo sabéis, pero en aquellos lares lo de ser virgen es casi cuestión de estado. Si te vas a casar y descubre tu marido que no eres virgen, puedes tener muchos problemas. Así que muchas mujeres prefieren que las den por el culo a ser penetradas vaginalmente, con la intención de mantener la virginidad el mayor tiempo posible, y que eso no impida el disfrutar del sexo. Suena algo extraño pero es así.
La chica se empezó a quitar la ropa y acto seguido, casi sin pestañear, me hizo una estupenda mamada. Cuando fui en busca de su conejillo, como un acto aprendido que nace de lo más profundo de mi ser, me quitó la mano de encima, y no me dejó acercarme. Qué raro, me dije. Pero bueno, yo a lo mío, a lo que hemos venido a hacer. Al disfrute de una tierna joven que se abre en flor ante mi.
Cuando ya me dispuse a meterle el cimbrel en su conejito, ella, instintivamente, dirigió mi polla que parecía un misil norcoreano, a su estrecho culito. Claro, intentar meter una polla por el culo sin lubricación es una misión suicida. Aquello costó más de lo habitual, y yo creía que tenía el chocho estrechó o algo así. Un SinDios. Costó pero al final le di unas cuantas sacudidas haciendo plop plop y me derramé en ese estrecho agujero como el pene de un monje tibetano al ser tocado por una campesina. No la volví a ver, tampoco puede grabar la escena porque se puso nerviosa y me dijo que no grabara. Y yo en esos casos hago lo que sea para prolongar el coito, hasta vendo a mi madre si estoy con una empalmada del quince y me dicen que no se folla.
En fin, porculicé a una joven que no volví a ver nunca más y que vete a saber si alguien consiguió desvirgarla. La verdad es que me da igual. Ella se llevó mi regalito en lo más profundo de sus entrañas y a buen seguro que los días venideros estuvo repartiendo miniTorbes allá donde se sentara a cagar.