No es una ciudad a la que me iria a vivir. Demasiado ruido, demasiada gente, demasiado alboroto. Prefiero cosas mas sencillitas como Madrid, que tiene lo que toda ciudad grande tiene, pero que son como pequeños barrios vecinales independientes.
En New York tienes las 24 horas sitios donde comer. Existen unas tiendas que se llaman Delis que sirven una comida buenisima. Bocadillos, sandwiches, zumos, bebidas, tartas, helados, hamburguesas, ensaladas, todo lo que puedas imaginar ahi lo tienen, y todo fresco y rico. Es comparar un deli de estos con las pateticas tiendas de comida de los aeropuertos españoles y es ponerte a llorar.
Para que os hagais una idea, alli las raciones son casi el doble de lo que sirven en España y mucho mas barato y sabroso. Asi estan todos los yankis tan grandes y altos, normal, se alimentan bien. No se le da importancia a la cantidad de comida en España, y asi luego somos tan pequeñines todos, comparados con yankis y alemanes.
En esta semana que he pasado en New York no he parado de andar. Al no estar acostumbrado, enseguida me venian dolores de espalda, despues dolores en los pies y abotargamiento de piernas. La vida es sufrimiento, hamijos. Gracias a las grandes caminatas he podido quemar bastante grasaza que he devorado como un perro aqui en esta ciudad de la caloria malefica. Que escandalo! Entre las tartas, helados, batidos y las hamburguesas, he disfrutado como un puto enano. Ahora toca cuidarse, pero que me quiten lo bailao.
Santo Dios! no puedo dejar de comeeeeeerrr!!!!
Siempre que entras a un restaurante te reciben con la mejor de sus sonrisas, lo hacen porque los camareros dependen de ti, tu les pagas el sueldo. Los dueños de los restaurantes no les pagan nada, y se sacan su sueldo de las propinas, que son obligatorias y acostumbran a ser el 15% de la cuenta. (existe tambien el “aditional tip” que es para que incluso le des mas propina) Me parece bastante ruin por parte del propietario ese modo de contratar a la gente. Por esa regla de tres puede tener un dueño de restautante veinte tios currando, si curras menos te dan menos propina, te jodes y bailas. No me parece bien.
Otra de las cosas que me han parecido extrañas es lo de las tiendas de souvenirs. Hace muchos años cuando nadie viajaba, la gente solia comprarse chorraditas para mostrar a sus amigos y poder asi probar que ha estado en ese sitio, a eso lo llamaron souvenirs. Se ha creado una movida importante alrededor de ese negocio. Hoy por hoy considero absurdo traerte esas chorradicas porque hoy en dia viaja todo el mundo. Ademas, donde las pones? En el recibidor de casa? Se hacen muchas cosas sin pensar.
Lo que es una locura son los precios de las cosas, en varias tiendas que estaba seguidas, un delantal de NY costaba 14 $, en otro 20$, en el de al lado 13$ y mas adelante 11$. Alguien puede entender esta disparidad de precios?
Que sentido del negocio que tienen los yankis, en todos los sitios a los que he ido, hay una tiendita vendiendo chorradicas. Es que no falla. Veo que en Barcelona se empieza a tomar nota de este sistema de ganar pasta y estan sacando cositas y diseñitos de Gaudí y Barcelona. No esta mal, el disseny mola, pero Madrid? Un toro, un flamenco y el oso y el madroño que nadie entiende. Caspa total. Ademas, si en España tenemos 4 productos, que es un decir, en USA tienen 400. Alli hacen souvenirs en camisetas, bolis, imanes para neveras, marcos de fotos, llaveros… en fin, una barbaridad de cosas, y aquí cuatro cosas casposas a mas no poder. Se nota que los yankis saben como sacar pasta a la gente y encima lo hacen bien. Recordemos que son los precursores del consumismo, los mesias del capitalismo, y no paran de devorarse a si mismos continuamente.
Un vendedor de souvenirs chileno que tiene a su familia en España. Pues bien, le han enviado esta gorra de la seleccion y la luce con orgullo.
Un cartel publicitario enorme con las gafas de Groucho.
Un batido de crema de cacahuete enorme
Un batido de galleta oreo que lo flipas
Una joven de escote generoso. Nada que ver con la tocino que hay justo detras.
La comida y las mujeres, mis dos grandes pasiones