¡Hombre! Pero si es el bueno del Padre Damián, que hacía tiempo que no veíamos por aquí, es que, claro, es un follón tener que dirigir un colegio mayor en pleno curso escolar, imaginad, además femenino, todas esas escolares yendo en falda corta por los pasillos, una locura, la tensión de los exámenes, la tensión de otras cosas… bueno pues ya se sabe.
Damián siempre está vigilando que se cumplan, con acierto y rectitud todos los valores cristianos, últimamente veía que todas las chicas bailaban más de lo normal, y con movimientos cada vez más sensuales, y eso no se puede permitir. Resulta que están todas enganchadas a ¡Tik Tok! Válgame el cielo, el demonio se presenta de muchas formas bajo nuestros pies, un diablo de aplicación que hay que erradicar rápidamente.
El Padre Damián pilla a Canela haciendo movimientos obscenos, incluso dando saltos casi en tetas, hay que hablar con ella inmediatamente. Damián que es expeditivo en sus correccionales, vamos a hablar claro, se la folla directamente, el buen hombre hace el esfuerzo e incluso deja de lado sus más férreas creencias para atajar el problema y cogerlo por los cuernos, se la folla para quitarle el calentón y la tontería, un sacrificio una mortificación contra la que luchará y se confesará y hará lo necesario para redimirse, desde luego no hay director mejor para un colegio mayor, y más dedicado que el Padre Damián.
Canela, que está buena que se rompe, todo hay que decirlo, se lo pone fácil al Padre, va tan caliente, que el chocho chorrea como un grifo antiguo que no para de dejar caer una gotita, está calentísima, el ambiente escolar, la edad, todo calienta tanto que las pone a mil, y se sucede una follada magnífica con un pito enhiesto del Padre Damián que siempre está dispuesto a sacrificarse y dar servicio.
Finalmente, el objetivo de todo ello es la leche sagrada, que recibe, ceremonialmente Canela entre gemidos y caras exhaustas después de un polvazo del 15. Traga toda la lefa, y con ello la bendición más personal y cercana del Padre Damian, mientras recita “ego te absolvo”. Amén.