Cuando salgo a pasear nunca se donde me va a llevar mi paseo, lo que si se, es que salgo grabando, al menos con el equipo por lo que pueda pasar, por uno de los polígonos, veo a lo lejos una muchacha morenaza y a primera vista muy exuberante, decido entrarle directamente y como esta sola, y tampoco parece que tenga nada mejor que hacer me atiende con atención, al ofrecer dinero siempre ponen las orejas tiesas, te escuchan, la chica no tiene trabajo, con la excusa de un concurso, donde lo que cae es la ropa, vamos entrando y al poco tiempo se saca sendas tetazas ahí mismo, en la calle, como el que pestañea, sin despeinarse, salen dos mamellas que son capaces de eclipsar al sol.
¡Que ubres hamijos! Hay que llevársela al catre si o si, me acompaña y una vez la tenemos en la oficina, allí ya va todo un poco más rodado, pese que al principio no quiere desnudarse, este es el límite más duro que me suelo encontrar, quitarse toda la ropa cuesta, pero casi, ojo casi siempre lo consigo, y sin la ropa, de ahí pasar a follar ya es mucho más sencillo.
Mi polla ya está tiesa, y ver semejante mujer, chubby, generosa, deliciosa, con curvas increíbles por todos lados y unas tetazas donde mi polla se perdería, hacen que me apriete ya en los pantalones, se nos despelota y ahí vemos un cuerpazo increíble que me comería entero. Al final entra al trapo y yo no puedo más y me pongo también en pelotas y me voy directo a las tetas, esas tetazas increíbles, vaya genética le ha tocado a Ursula, esta moza morena que ya me estoy empezando a follar, que locura…
Me coge la polla que comienza a estar ya tiesa como un palo, nos besamos y la sobo como si fuéramos novios, está ya cachondilla, la situación le ha puesto tibia y está para comérsela entera, el chocho ya lo tiene mojado, mientras nos tocamos, no puedo más y meto la directa a su coño, me la encalomo ahí mismo, le levanto las piernas y se la meto hasta dentro, es una locura como mi propio cuerpo choca con esas tetazas increíbles.
Vais a flipar cuando se me sube arriba y mueve esas caderas con la potencia de cien caballos y vemos esas tetazas, esas ubres que podrían amamantar a un equipo de fútbol botando ante vosotros, os va a poner la polla dura como el hierro, nos follamos sin parar, es una perrilla cachonda que me pega un polvazo tremendo, y se para hasta a chupármela con ganas entre medias de las ganas que tiene de polla.
Al final abre la boquita, esta desconocida, que hace nada no nos conocíamos, abre la boca para recibir todos mis grumitos directos a boca, que locura la humanidad, como esas tetazas increíbles y esa boca cachonda se tragan toda mi lefa, un placer increíble…