Yo, es que hay semanas que no se donde meterme ¡no paro de follar! Que profesión más loca hamijos, follar varias veces en un día, al día siguiente más, con unas chicas de cojones, que locura, es que no puede ser ¡hay que hacer el esfuerzo! Ursina vino a mi buscando guerra, si, así es, hay chicas que aparte de hacer la escena, porque yo quiero que la veáis, vienen a follar, saben que uno tiene experiencia, saben como tengo el pito y lo que hago con él y quieren probar, ya vienen cachondas de serie, y nos pegamos unos polvos tremendos.
Aquí tenemos a Ursina, otra joven de 18 años (que locura de semana llena de teens) un poco vergonzosa y modosita al principio, pero con muchas ganas de meterse mi rabo entre las piernas, no me gusta hacerme de rogar en exceso así que tengo a bien meterle la morcilla para desfogarnos un poco.
Ursina tiene un cuerpazo de cojones, se me desnuda delante y mi pito, viendo sus curvas y todo lo que me pone deltante, se me pone tieso como un poste, tiene unas tetas riquísimas de tamaño maravilloso, para comer, mordisquear y ver como botan delante de ti cuando te está cabalgando, con su coño, un chocho riquísimo, que ya tiene mojadito sólo de hablar de guarrerías, le meto mano y el coño ya está esperando polla, pero ¡ay hamijos, que culo! un culo tremendo, redondo, voluptuoso, le meto los dedos desde atrás y mi mano desaparece en lo profundo de su chocho y su culo ¡que delicia!
Tiene un culazo perfecto, maravilloso para darle a cuatro, pero perfecto cuando te cabalga, es una visión maravillosa que tenéis en esta escena viendo como ese culazo baja y sube por mi verga, con su coño resbaladizo, mojado, disfrutando de cada embestida.
Me la como entera, me pega una chupada increíble que me deja loco y luego me la follo con ella abajo para arremeter a mi ritmo, pero me guardo para que me cabalgue porque me ha molado mucho como se mueve, ese culo hace presión en cada cabalgada y es un disfrute tremendo, también me aseguro bien de que veáis ese pedazo de culo a 4 para que lo disfrutéis y os peguéis una corrida de cojones, como la que que me pego yo en toda la boca de Ursina y de la que no deja ni gota ¡que delicia más tremenda!