Vestida de Piolina me viene, si es que me van a volver loco… Me encanta que vengan disfrazadas, y en esta ocasión viene de Piolina, de amarillo Pokémon, Malvina está tremenda, y sólo verla ya se empiezan a despertar instintos básicos, mi cimbrel ya asoma la cabeza y va pidiendo guerra. Malvina se va desnudando y descubre dos tetazas, dos mamellas que el señor le ha dado, que son una maravilla, con unos pezones tremendos, mordisqueables y ricos.
Malvina es alta, como yo, quizá no lo sabéis pero soy muy alto, y Malvina también lo es, encajamos muy bien cuando nos montamos uno encima del otro como un rompecabezas, cuando hacemos “click” ja, ja, Malvina me mira a la cara y me pilla la polla con la boca, y esos ojitos tiernos que te miran mientras su lengua va recorriendo la punta del capullo, mira, me recorre un escalofrío desde la punta de la cabeza hasta el culo, mi polla está tremendamente dura, con una mamada tan deliciosa.
Mamada perfecta, ensalivada, muy ensalivada, que me pone mucho, llegando hasta el fondo, tocando los huevos con la lengua, chupando y sabiendo donde y como chupar en cada momento, es increíble como mama Malvina, además larga, sin prisas, disfrutando tanto ella como yo de una chupada tremenda. No puede faltar su cubana, unas tetas ricas, que te acogen, resbalando mi polla húmeda y dura entre sus pechos, nos estamos poniendo los dos muy perros…
Cuando Malvina ya está en su punto se me viene encima y se la mete hasta dentro. Malvina viene equipada de serie con todo el equipo, unas tetazas tremendas, una lengua que mueve como los dioses y un culazo, terso, que tienes a bien coger cuando te cabalga y no te lo terminas, de esos culos que cuando los tienes encima y te pegan arremetida, es todavía más fuerte y más profunda gracias a un culo perfecto que te está volviendo loco y meneando tu polla hasta que no puedas más.
El polvo es tremendo, una follada intensa y riquísima disfrutando mucho los dos, al final, no puedo más, hace mucho fresco y mi polla decide que no quiere salir de su cueva del amor, así que me pego una corrida dentro de tres pares de cojones, y dejo a Malvina satisfecha y rellena con jugo del amor.