La verdad es que en las oficinas de Putalocura, tenemos unos baños muy cucos, pero con ducha sólo hay uno, un baño diáfano, ancho, amplio que es perfecto para parar y pegarte una ducha antes y después de una escena, este baño ha visto muchos polvos, muchos de ellos totalmente esporádicos, a veces incluso después de un buen polvazo ha llegado otro en el baño, y esta vez es Marina Gold la que viene a pegarse una ducha muy especial.
Yo, todo lo largo y alto que soy, estoy dándome una ducha tranquilamente, ya hemos grabado, y te duchas y te quedas nuevo, Marina que rondaba por allí, ve mi pinguilla colgandera al antojo del agua, y se conoce que iba cachondilla y entra a por ella, pero a matar, sólo entrar me pone la mano en el rabo, y yo, que ya tengo una edad, pero el fuego en el cuerpo de un adolescente, no tardo ni un segundo en responder, ya me pongo palote y comienzo a tocarla con ganas de reventarla viva…
Es muy cachondo y excitante follar en la ducha, es como si estuvieras bajo la lluvia, el cuerpo está más resbaladizo, lubricado por el agua, resbala, las bufas a Marina le brillan y el culazo le reluce, es un placer tremendo, además cuando un polvo es inesperado, y te pones a cien y hay conexión entre los folladores, es un placer, pegamos un polvo de cojones.
Además como el baño es ancho, me la puedo calzar a cuatro, Marina gime retorciéndose del placer, un gustazo tremendo y yo estoy en el séptimo cielo cogiéndome a Marina Gold desde atrás con la perspectiva de ese culazo redondo perfecto, un chocho mojadísimo igual que el resto del cuerpo por el agua de la ducha, la verdad es que es un escenario perfecto y morboso para pegar un buen polvo.
Máxime si es Marina Gold a quien te estás follando, cachonda perdida, al final me sienta en el suelo y se me pone a cabalgar como si no hubiera un mañana para pegarse una corrida tremenda, igual que la mía, que no puedo más y me corro dentro de su coño, calentito y mojado por partida doble, por sus flujos y por el agua, un polvazo alucinante…